Llegaste a mi como llega el viento, sin esperarlo, sin avisar, probablemente te trajo él, o el destino por capricho, o simplemente porque sí, da igual.
Llegaste y aún sin quedarte como me gustaría que te pudieras quedar y esperando que nunca del todo te llegues a marchar, porque tú, dentro de mi siempre vas a estar, porque con tu forma de ser, con tu personalidad, con tu risa y tus vivos colores, mi corazón has llegado a alegrar.
No hace falta que te diga mucho más, bien me conoces y bien lo sabes, para ti soy un libro abierto en tus manos, solo con verme y sin abrirme eres capaz de leerme.
Mi querida Dahyana, con tu dulce aroma a frutas y licor embriagador que llega a ser cálido y fresco, me quedo, porque todo ello, toda tú te han convertido en mi musa y mi inspiración.
Cada mañana me despertaré pensando en ti, en ese momento en el que te pueda ver y oír, esperando que en ese instante el tiempo se pare, que no avance, deseando que sea eterno; cada momento lo viviré como si fuera el último y también el primero, y en mis recuerdos quedará como queda una huella en un papel.
Y al llegar la noche, ya cuando no estés aquí, pronto dormiré para soñarte y en mis sueño poder acompañarte, y dormiré para pronto poder despertar en otro amanecer en el que poderte ver otra vez.
Y así dejaré que pasen los días sin ti, para volver a estar contigo y que tu voz, tu alegría, tu sonrisa, tu color y tu calor en invierno sean mi abrigo y en verano sean mi sol.
Porque esto no es una despedida, ni un adiós, esto es un hasta pronto, muy pronto, y nos veremos y nuestras cosas nos contaremos y nos reiremos, y en los malos momentos la mano nos tenderemos, mi querida Dahyana, mi sirena, mi musa.
Cada mañana me despertaré pensando en ti, en ese momento en el que te pueda ver y oír, esperando que en ese instante el tiempo se pare, que no avance, deseando que sea eterno; cada momento lo viviré como si fuera el último y también el primero, y en mis recuerdos quedará como queda una huella en un papel.
Y al llegar la noche, ya cuando no estés aquí, pronto dormiré para soñarte y en mis sueño poder acompañarte, y dormiré para pronto poder despertar en otro amanecer en el que poderte ver otra vez.
Y así dejaré que pasen los días sin ti, para volver a estar contigo y que tu voz, tu alegría, tu sonrisa, tu color y tu calor en invierno sean mi abrigo y en verano sean mi sol.
Porque esto no es una despedida, ni un adiós, esto es un hasta pronto, muy pronto, y nos veremos y nuestras cosas nos contaremos y nos reiremos, y en los malos momentos la mano nos tenderemos, mi querida Dahyana, mi sirena, mi musa.