Mis Seguidores

miércoles, 21 de febrero de 2018

ESTA NOCHE QUE TERMINA

  
  Luna y estrellas, emociones nuevas que acarician la piel más suave que la miel, flores que en la oscuridad se ven de colores. Un deseo, quizás un juego en el que nos vemos, tu mano en mi mano en medio de un mundo extraño.

Nos miramos una vez, quizá dos veces y sin darnos cuenta el ocaso desaparece, fue una noche con una gran estrella, luminosa y bella, y se nos va despareciendo en el mar, y tu y yo nos quedamos donde las olas no podrán alcanzarnos en aquella orilla bajo la luz de la luna más blanca que amarilla. 

Todos duermen y tal vez, solo tal vez puede ser que te sueñen, que me sueñen, mientras nos alcanza el alba que nos dice que la noche se acaba.

El tiempo se va, y con el las horas dejándonos sus dulces y suaves aromas, y llega el amor que hacemos a solas, lo hacemos una vez que dura toda la vida, sin prisa aunque la noche se termina.

Pronto todo será pasado y aún no se si realmente lo he asimilado, y aunque ya no nos cubramos de besos y de caricias, recordaré esta noche y este momento, toda la vida. 

Y te echaré de menos cada vez que mire al cielo, evocando aquella noche que como una foto, en mi corazón ya queda para el recuerdo.

martes, 13 de febrero de 2018

EL OTRO LADO DE LA VENTANA

     Vivía sola, o casi sola, en esa casa de aspecto viejo y abandonado que ella la dejaba tener para evitar a los cotillas y curiosos que vagabundeaban por la zona sin saber que hacer. 

Le gustaba así, la dejaba ser así a la vista de todos, con esa imagen de haber pasado más tiempo que gente por allí; y lo hizo así para estar sola, en ese mundo que se había creado, aislado del resto del mundo que cada día gustaba ver por la ventana. Les veía pasar de un lado para otro, siempre inmersos en la misma rutina que les envejecía más deprisa que de lo que lo hacía su casa.

Les veía siempre rodeados de su vida moderna y consumista que sin que ellos lo supieran, les consumía con toda aquella tecnología que aparentemente les conectaba hasta con el otro lado del planeta, aunque lo que hacía era separarles más y más los unos de los otros, les alejaba más y más de sus amigos, y hasta de sus familias, esas que estándo en el mismo salón se veían separadas cada una con sus móviles de últma generación, sus tablets y sus redes sociales que les tenía atrapados y a la vez separados en la misma habitación.

Ella les observaba lejos y libre de aquella trampa digital del siglo XXI, lejos de sus luces, ruido y contaminación, lejos y libre de aquel estrés, pensando "pobres bobos, tan felices y a la vez tan consumidos que se ven, tan dependientes unos de otros, conectados a internet como quien queda postrado y enganchado a una máquina de respiración para vivir, y sin embargo tan vulnerables si les desconectaras".

Les veía como máquinas autómatas pendientes y dependientes de sus vidas artificiales, y no como los seres humanos que les predecedieron y que inconscientemente les llevó a este estado consciencia vegetal. Así les veía desde el otro lado de la ventana.

lunes, 5 de febrero de 2018

LA ISLA DE LOS CUERVOS

     Sueñan, cada noche sueñan con una isla, una isla oculta y escondida entre montañas perdidas en los mapas, montañas tenebrosas y frías, superpuestas en corrillo mirándose unas a otras, confidentes, como contándose secretos entre ellas, rodeándoles entre ellas, hablando de no se sabe quien, mirando burlonas, creyéndose gigantes que tocan el cielo, acorranlándoles en medio de un lago de aguas gélidas que ocultan y protegen del mundo, y en el cielo una bandada de ruidosos cuervos, complices de las montañas y sus chismorreos que nadie oye. Es por ellos que la llaman "La Isla de los Cuervos". 


La Isla de los Cuervos les atrapa en cada sueño, entre sus aguas y montañas, entre su aire frío e inmóvil que te congela hasta los huesos, a la vez que su aroma fétido de cuervos muertos convertidos en carroña les penetra hasta dejar de olerlo.

Y entre sus graznidos y el silbido del viento salen del lago y atraviesan la fría y oscura isla buscando una salida que solo encuentran al despertar.