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viernes, 20 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: CARTA AL MUNDO

A ti que ahora me lees, a ti que te has visto afectado por esta pandemia que a todos nos ha puesto la vida patas p´arriba, a ti que no te pudiste escapar del bicho y te contagiaste y te ves obligado a estar en el frío hospital que como puede te da cuanto puede y te tiene aislado, lejos tu entorno, tu casa y tu familia, a ti que perdiste a alguien por el maldito virus, y a ti que como a tantos te tiene confinado en tu casa como sardinas en lata, trabajando si puedes y como puedes y matando y pasando el resto del tiempo de cualquier manera aunque ya no sepas que hacer ni que inventar, te mando mi ánimo, mi fuerza y mi pésame, te mando un gran abrazo por aquellos a los que no puedes ahora abrazar. 

Y te digo que toda esta pesadilla pasará porque no es la primera ni la peor pandemia de la humanidad. Tienes razón al estar enfadado, frustrado e incluso agobiado, tienes todo el derecho a buscar culpables de tan mala situación, porque como muchas veces ocurre, las cosas se han hecho tarde y posiblemente mal, pero ya que nos ha tocado vivirlo y de esto no nos podemos escaquear, hagamos lo posible por ayudar, hagamos caso de lo que nos dicen, mantengamos la mente fría y el corazón caliente. 

Posiblemente nunca sepamos la verdad de su origen entre tantas hipótesis y conspiranoias que nos alborotan la cabeza, tampoco recuperaremos el tiempo perdido, y mucho menos a los seres queridos, pero con paciencia y evidente resignación, aceptando la situación, sin poder decirte más pronto que tarde, volveremos a la normalidad en todo lo que nos sea posible, volveremos a tomarle el pulso a la rutina que desgraciadamente para muchos ya no será igual. 

Y sobre todo y si es posible, cuando todo esto acabe, cuando salgamos de este mal sueño, tal vez hayamos aprendido algo de todos y de nosotros mismos, tal vez valoremos más las cosas, lo que hacemos y lo que nos rodea, tal vez aprovechemos y también valoremos más y mejor el tiempo que ahora no tenemos. 

Sé que ese fácil decir y escribir, pero...ánimo, paciencia y resignación.

lunes, 2 de marzo de 2020

NOCHE DE MIEDO BAJO LA LUNA

Esta noche la luna posa sobre mi cabeza, como vigilándome junto a las estrellas fugaces que vuelan sobre mi, chivandola cualquier movimiento que haga.

El telefonillo suena y envuelto en el silencio, doy un respingo como un rayo...Medio dormido me acerco a la ventana y cauto, sin hacer casi ruido, miro por la ventana atraves de la cortina...Pero no veo a nadie...Pienso que será algún malababa que llama por molestar y sale corriendo, vuelvio a la cama...
De nuevo me envuelve el sueño, cuando el telefonillo me despierta de nuevo. De mala ostia me dirijo a la ventana, es una chica, parece una adolescente que haya salido de fiesta, voy al telefonillo, pregunto quien es y ella con voz de niña asustada me pide poder usar el teléfono, no lleva móvil. En la conversación oigo a un gato junto a ella, no le he visto por la ventana. Abro pero no entra, la hablo por el telefonillo y la oigo gritar por un momento, y oigo al gato, y un coche irse rápidamente, chirrían las ruedas, salgo a ver que ocurre... Cuando salgo ahí sigue el gato, maullando mirando a la carretera, como llamando a su madre. No parece que sea un gato callejero, se le ve cuidado y lleva un collar al cuello... Abro y me mira como preguntandome que coño pasa, entra resignado por quien parece que no vaya a volver y me sigue hasta casa...

Ante lo tardío de la noche, dejo cualquier decisión de todo lo sucedido para el día siguiente y bostezando me dirijo de nuevo a mi habitación, el gato me sigue, maulla, no le puedo dejar solo, así que le dejo subir a mi cama, ¿es de locos?, puede ser, pero con el calor que desprende le dejo acomodarse sobre mis piernas... 

Me despierto con una pereza enorme y muchas ganas de seguir en la cama unas horas más, el gato no está, le llamo sin saber su nombre, -¡Micifuz...Micifuz!... El gato apareció de no sé donde y vino hacía mí... De un salto subió a mis piernas sintiendo su calor. Me lo llevé conmigo a la cocina, me preparé un café y al gato un cuenco con leche fría sin saber si le gustaría, cogí el móvil y me puse a cotillear las redes sin mucho interés cuando de repente me fijé en un artículo con una foto medio borrosa... ¿Acaso no era la chica que vi anoche?.  Leí los titulares: -En horrible accidente muere adolescente que cruzaba la calle… Luego daban los detalles de la hora; sobre las 4:30 de la madrugada... Como dos horas antes llamaba a mi piso...Todo confundido vuelvo a leer el artículo, ahí y en otros diarios más, no me lo podía creer, quería saber más, me pongo otro café pero la taza se me cayó y al recoger los cristales, junto a la mi, me corto y sangro, la trama se oscurece......................................................................................