Mis Seguidores

miércoles, 27 de junio de 2018

CERVEZAS, UN POLVO Y NADA MÁS

        Suenan pajarillos en mi teléfono, lo miro, un mensaje me pregunta si bajo y me animo a unas cañas en la terraza del bar; ella está, así que ¡claro que me animo!, me arreglo, me perfumo sutilmente y bajo con celeridad. Llego y rápido la veo, no la dejo de mirar, no lo puedo evitar; un saludo a todos en plan colegueo, a ella un beso y -¿qué tal estás?-, me siento casi en el lado opuesto de donde está, hablando de todo, intentando disimular.

Tras un par de cervezas algunos se van, otros ocupan sus puestos en la mesa, y otros se van a la barra del bar a pedir más, ella se levanta, la vuelvo a mirar, se sienta a mi lado, me llega el olor de su perfume, casi la puedo rozar. Después de la tercera caña no quiero beber más, me levanto, digo que se me hace tarde, que mañana tengo que trabajar, despedidas de colegueo, otro beso y nada más, cuando me voy, a unos metros del bar oigo unos zapatos que corren tras de mi, y su voz, su voz que me dice -¡espera!-, me detengo, me doy la vuelta y llega ella, la miro y no veo nada más, solo a ella, ella y su melena suelta que baila junto a su blusa holgada que me da mucho que imaginar. Me pregunta si la puedo acompañar, y la acompaño, ¿cómo no?.

Llegamos hasta la puerta de su portal, me sonríe y me da las gracias por haberla acompañado, y me dice que se lo ha pasado genial, le devuelvo la sonrisa y le contesto que -yo igual-, respuesta que inmediatamente encuentro absurda pero que ya no la puedo borrar ni cambiar, posa su mano en mi brazo, y yo hago lo propio en el suyo, dos besos más, pero no, en ese instante nuestros labios se encuentran, se rozan y se besan, un beso corto que en el fondo quiere más, y da más enlazados los dos en un abrazo. Se da la vuelta para abrir y me dice -ven-, la acompaño detrás, apenas a un metro de ella, subimos en el ascensor cogidos de la mano, estamos en su casa.

Cierra la puerta tras de mi, deja caer el bolso y nos volvemos a besar, fundidos en labios y lenguas que se devoran y buscan más; siento calor, se acelera la respiración y me provoca una erección, quiero más. 

Nos desnudamos con ansia, casi arrancándonos la ropa, dejándola en cualquier lugar. Estamos cuerpo a cuerpo, piel con piel y mucho calor, besos y caricias y la erección cada vez mayor, penetración, y gemidos que piden más, sus piernas me atrapan y me abrazan, no me dejan escapar, el sabor de sus pechos con sus pezones duros y erectos, no podemos parar. 

Mi boca camina por su cuerpo dibujando caminos con la lengua hasta saborear el néctar de su dulce flor que engullo con ansia, gime y se contonea con pasión; se levanta y ahora es ella quien me dibuja con sus labios y sus manos hasta devorar mi erección, me gusta, no, no me gusta, me apasiona y me excita mucho más, no me deja devorar, me hace cosas que me hacen sudar. 

El calor me quema mientras me devora y me masturba, y más me hace sudar, se levanta y nos comemos a besos y la penetro tanto que creo que me pierdo en su interior, la casa se llena de gemidos tan intensos que pienso que se oyen en el exterior. Nos corremos, nos corremos tanto que rebosamos de calor y pasión. 

Es tan intenso que no quiero parar, no quiero terminar, pero sé que me tengo que marchar, y sé que este momento impensable hace un par de horas, ha sido unas cervezas, un polvo y nada más.


viernes, 22 de junio de 2018

SOÑARTE

Ya es tarde, el sueño aprieta, si aguanto un poco más veo a la ciudad amanecer, con el tic tac del reloj de fondo, marcando mis pasos a las puertas del sueño una noche más en la que volveré a soñarte, que es mi único consuelo a este vacío y esta soledad en la que me tienes.  

Soñarte es lo único que me queda y que tengo para estar contigo, para estar cerca de ti.

Y me dormiré sin querer despertar para que no te deje de soñar, para no alejarme de ti un día más, un amanecer más con la misma rutina, las mismas caras que ver y no verte en ninguna, con las mismas frases hechas, y no escucharlas de tu boca. 

Tendré que aguantar un día más sin ti, sin verte ni oírte, solo pensándote e imaginándote y soñándote, que es lo que me queda para sentirte a mi lado, para sentirme cerca de ti, en este mundo ajeno a mi padecer y mi sufrir.

Me tocará escuchar a esta ciudad que sin ti me parece vacía, los pájaros me rechinarán en los oídos que no te oyen ni te escuchan, me piarán canciones que me resultarán grises y tristes y que me sobrarán, serán canciones que no querré escuchar, veré gente a la que no querré mirar, porque ninguna serás tú.

Mientras, esta noche y todas las demás dormiré para estar contigo, para sentirte y escucharte, mientras esta noche, dormiré para soñarte.

lunes, 18 de junio de 2018

ME GUSTA PENSAR QUE...

Me gusta pensar que somos amigos, e incluso más que amigos, como esos de las películas, en un mundo mágico lleno de colores, sin problemas ni preocupaciones.

Me gusta pensar que vivimos en un mundo en el que la gente no se habla a voces ni a gritos, ni discute en los bares ni en pasillos que no nos pertenecen ni son nuestros, ni pretende cambiar lo que en el otro considera que es un defecto.

Me gusta pensar que en esta vida no hace falta pedir perdón y que si lo hacemos, lo hacemos sin pensar que volveremos a fallar, que volveremos a hacerlo, y que cada vez que decimos algo, lo decimos de verdad, que somos sinceros.


Me gusta pensar que no importa si llego o llegas con retraso, ni si llevamos una o dos copas de más, porque de cualquier manera estamos bien, estamos disfrutando.

Me gusta pensar que entre nosotros no hay tormentas, y que la gente se da por todo y por nada las gracias, y que lo hace con ganas y con gracia, y que no nos rompemos los corazones a borbotones.

Me gusta pensar que siempre somos y podemos ser nosotros entre nosotros, que nos cuidamos y nos queremos sin reprimirnos, siendo tal cual, siendo nosotros mismos, con nuestra manera de ser y de querer.

lunes, 11 de junio de 2018

UNA TAZA DE CAFÉ CON LA QUE VOLVERTE A VER

    Amanece, los pájaros cantan, las nubes se levantan, la ciudad ya despertó, y llega la hora del café, ese café de aroma y de sabor intenso, de color igualmente potente, casi chocolate que calienta mis manos. 

Pienso mientras me despierto, me dejo llevar y me pierdo entre imaginaciones y recuerdos de momentos que en este breve tiempo hemos vivido y compartido, momentos que extraño y deseo volver a vivir, y miro por la ventana como esperando y espero poder verte, sabiendo que aún estando cerca no puedo tenerte, no puedo escucharte ni hablarte, no puedo verte, y te siento lejos, y me siento impotente. 

Es un día más sin ti, un día que parece una semana, y pasa la semana como si pasara un mes o un año tal vez, y sin embargo no pierdo la esperanza de al menos por un instante, volverte a ver.

Llaman a la puerta y deseo que seas tú aunque sé que no, pero lo espero, y espero oír tu risa y voz, y que me llene tu alegría, y con ella que mejore el día. Pero no eres tú.

Se cierra la puerta y tras ella no se va el vacío que dejas, y sigo notando tu ausencia, extrañando tu presencia, y así, sentado y frustrado y la vez esperanzado me quedo acabando mi café al que me quedo mirando, y pensando que tiene el mismo color que tiene tu piel, imaginando que sabe a ti, y que me llena como solo tú lo puedes hacer. 

Se acaba el café, la taza está vacía y yo también, sólo quedan los restos de ese riquísimo café manchando la taza, como se quedan tus recuerdos en mi, esparcidos por todo mi ser como si fuera la taza de café; dejaré que pase el día, otro día que pasará y que pasaré sin que te pueda ver, otro día más en el que te extrañaré y en el que te esperaré con mi taza de café, una taza de café con la que volverte a ver.

jueves, 7 de junio de 2018

¿QUÉ HAGO AHORA QUE SÉ QUE NO VAS A VOLVER?

¿Qué hago ahora que sé que no vas a volver?, no lo sé, de un momento a otro los nubarrones me hacen sombra amenazando una gran tormenta sobre mi, todo se volvió gris, el calor se volvió frío, las risas ya no suenan alegres, los colores ya no brillan a mi alrededor, y no se cuando te volveré a ver.

Mi pecho se llena de suspiros, mis ojos aguantan las lágrimas que se amontonan queriendo salir, me tiembla el pulso pensando en ti, ya no sé si todo da vueltas o soy yo quien las da, solo sé que nada volverá a su lugar, nada será igual, y aunque las cosas estén bien, nada será lo mismo si no te vuelvo a ver.

Solo me queda leerte, y oírte alguna vez, y si Dios quiere, aún siendo de lejos, que alguna vez te pueda ver, guardándome todo lo que siento y todo lo que pienso, quemándome por dentro con fuego intenso, y te extrañaré y te añoraré, y de mil y una maneras te imaginaré ignorando como realmente estés.

Me quedo en compañía de la soledad que tu ausencia me deja, un silencio frío que me penetra, me quedo en andando este camino, perdido entre mi imaginación y tus recuerdos con la esperanza y el deseo de que en él nos volvamos a cruzar y al menos durante un rato me quieras acompañar.

Sabiendo que a partir de ahora solo me esperan tu ausencia y tus recuerdos, me pregunto, ¿qué hago ahora que sé que no vas a volver?.

lunes, 4 de junio de 2018

CONTIGO SOY LA LUNA

       Cuántas cosas me han pasado desde que te conocí, cuántas sensaciones y cuántos sentimientos me han desbordado en todo este tiempo, y que rápido ha pasado todo, en apenas unas semanas que me parecen meses y meses que ni alcanzo a recordar. 
 
¡Me haces sentir tanto y con tanta intensidad!, es tanto que cualquier cosa que te diga se queda corta para podértela explicar. 

Contigo en mis pensamientos, en mi corazón y en mis entrañas, me siento como si fuera la luna en todas sus fases.

Primero me sentí como la luna nueva, invisible a ti, apenas se habían encontrado tu noche y la mía, y eclipsado por mi pasado, por mis fantasmas que aún, no lo niego, revolotean por mi cielo, hasta que con el paso de los días y de las semanas, ese eclipse ha sido menor, dándome más y más luz que me llegan y me dan calor de los rayos de tu sol.

Con el paso del tiempo, la ley de la gravedad o no se cual, hizo que nos uniésemos más, hasta que tu atmósfera y la mía han sido casi una, haciéndome sentir como la luna creciente, aún con mis sombras pero acrecentando mi luz, mis sensaciones, mis ilusiones, a mi.

Y con el paso del tiempo y de la luz me haces llegar a cuarto creciente, esa luna mitad luz, mitad sombra y oscuridad, esa oscuridad que a veces se empeña ensombrecer esa luz que solo contigo puede iluminar.

Y ahora sueño y deseo, más sé que no lo puedo esperar, que algún día llegue a ser la luna llena, y más aún, ser tu luna llena, todo luz, visible e imponente desde cualquier lugar, porque no quiero ser cuarto menguante, no quiero de nuevo estar en las sombras ni que me gane la oscuridad, una oscuridad que me llevaría casi de buen seguro a ser luna menguante, otra vez oculto entre las sombras de fantasmas ennubleciendo mi cielo.

No quiero ser luna negra, todo oscuridad en la oscuridad, invisible y oculto, y mucho menos oculto a ti.