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jueves, 14 de enero de 2021

TRAS LA ESTRELLA DEL CIELO

Hacía un casí un día que caminaban los tres por el desierto, cargados cada uno con todos su enseres y unos presentes para quienes iban a darles posada en las noches que venían, cuando ya bajo el manto de la noche cerrada de invierno, se vieron perdidos en medio de la nada, sin estar muy seguros de que dirección tomar... No había signo de vida alguno allá donde miraban, tampoco se avistaba nada en el horizonte desde hacía horas, y el cansancio que ya acusaban, tampoco ayudaba a tener mejor lucidez en semejante situación. Parados los tres como palmeras en medio de ningún lugar, cada cual dijo de ir en una dirección, norte, este y oeste, sin estar en absoluto seguros de que cada una de ellas fuera la correcta... Ninguno de ellos estaba seguro de que el otro indicase bien la dirección en la que retomar tan arduo viaje, por lo que se quedaron ahí encallados en el mismo lugar en el que pararon, durante un buen rato, casi sin apenas dar unos pasos aquí o allá, y el frío de la noche, en la arena que antes les quemaba al andar, tampoco ayudaba a pensar, y mucho menos a razonar... 

Entonces, uno de ellos, el más mayor de los tres, con su pelo plateado y su poblada barba cana, miró desesperado al cielo infinito y suplicó a Dios por una señal que les indicase hacia donde ir... Sus amigos se quedaron más fríos que la propia noche con aquella suplica de quien jamás habían visto así, y el silencio, más ensordecedor que nunca en ese lugar, se hizo dueños de ellos. Vieron a su amigo mirar al cielo en busca de respuesta, en busca de la señal, y ellos miraron también... Al principio no vieron nada, solo una inmensa oscuridad que se perdía más allá de donde ellos mismos lograban ver, hasta que uno de los tres, casi en frente de él, en el cielo, vio una luz entre dos dunas, tintineante como una llama, y avisó a los otros dos, que tardaron un poco en ver la misma luz en el cielo, era una estrella que se encontraba tan alta que parecía inalcanzable hasta para los mismísimos dioses... Sonrieron aliviados de ver algo en medio de tanta oscuridad, era la señal por la que el más longevo de ellos había clamado y suplicado... 

Como refortalecidos y llenos de energía por el avistamiento de la estrella, cargaron de nuevo sus bartulos y decidieron seguir la dirección en la que se encontraba la estrella, sin tan siquiera saber si esta era realmente la señal que habían pedido o simplemente una casualidad del destino... No sabían si llegarían a su destino, ni a donde irían a para, pero reanudaron el camino tras la estrella del cielo, perdiéndose con ella en la oscuridad del desierto...

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