Y si un día nos decimos adiós, mejor que sea un hasta pronto a que sea un adiós, y aún con su tristeza, que sea emotivo y bonito, entrañable y desbordante de sentimiento.
Que sea un adiós de película, de esos en los que suena la música, de esos en los que nos despedimos con un abrazo y con un beso. Un beso que no espero, aunque siempre lo deseo, un beso de esos que dejan buen recuerdo, un beso que no se olvida con el paso del tiempo.
Y si nos decimos adiós y no nos vemos, deseo que nos encontremos en los sueños, y en los recuerdos, y al vernos, nos sonreiremos y nos abrazaremos, y haremos de ese momento, otro bonito recuerdo que no olvidaremos, y que con el tiempo añoraremos.
Y si un día nos decimos adiós, será con billete de vuelta, será con la promesa de volver, de regresar a esos instantes en que nuestros mundos, por un segundo, se llenan de cariño y de felicidad.
Hablaremos de ti y de mi, de ayer y de hoy, de quienes fuimos y de quienes somos, y en ese momento y en ese lugar, solo seremos tú y yo, seremos nosotros dos solos.
Hablaremos de ti y de mi, de ayer y de hoy, de quienes fuimos y de quienes somos, y en ese momento y en ese lugar, solo seremos tú y yo, seremos nosotros dos solos.
Si algún día nos despedimos, no diremos adiós.