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jueves, 25 de octubre de 2018

DEAR JACK

        Dear Jack, o Querido Jack, así comenzaban todas sus cartas, cartas que le escribía cada semana, o a lo más tardar cada mes, cartas en las que siempre le decía acordarse de él. 

En ellas le preguntaba como estaba, que hacía, y como estaba mamá, y hablaba de él, de por que estaba allí, tan lejos de casa, por que estaba en un lugar del que no sabía si iba a volver, aunque eso en ellas no lo plasmara, y siempre le decía, aunque a veces fuese mentira, que estaba bien.

En sus cartas, siempre le contaba como él y sus compañeros ayudaban a la gente, gente que sufría y padecía, y que ellos con unos simples gestos y una sonrisa, aliviaban. Y le contaba como aquellas personas tanto se lo agradecían, como con cosas sencillas como un plato de arroz, o de sopa o tan solo un trozo de pan, sentían que les salvaban la vida. No le contaba que imágenes quedaban grabadas en su retina, que sonidos guardaría para siempre en su cabeza de aquella horrible y cruenta guerra que tanto daño en el camino dejaba, no le escribía de sus noches de frío y en vela, ni del hambre que él mismo a veces aguantaba, ni de cuantas balas y bombas a su alrededor silbaban, provocando temblores como si de terremotos se tratara, en el suelo que pisaba.

Decía acordarse mucho de él, y de su madre, de los dos, decía echarles mucho de menos, y de cuantas ganas tenía de estar con ellos, juntos los tres otra vez; le mandaba saludos de sus compañeros, a los que probablemente, nunca llegase a conocer.

Y siempre, para finalizar, le decía..."cuida de mamá, y cuidate tú también."...Dad.

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