Caminemos por las calles con la cabeza alta, sonrientes y con la mirada al frente, caminemos sin miedo a nada ni miedo a nadie, pisando fuerte y sin bajar la mirada, caminemos sin prisa, corramos, bailemos, hagamos lo que nos de la gana, gritemos, lloremos, riamos sin dar explicaciones de nada a nadie.
Caminemos valientes por la vida, echando arrestos, derrochando agallas, sin temer nuestro cuerpo desnudo, diciendo lo que pensamos y pensando lo que decimos, mirando a la cara, sin creernos mejor que nadie, sin pisar ni dejarnos pisar por nadie, siendo hijos, hermanos, padres, madres y amigos.
Caminemos siendo sinceros y amables, sin enfadarnos, siendo guapos por dentro aunque los demás no lo vean, brillando cada mañana, con inteligencia y poder, como dioses de carne y hueso, y sobre todo de ganas, conquistando el mundo con la sonrisa, con el cuerpo y el alma.
Caminemos sin miedo a la soledad y dejemos que sea nuestra mejor compañía, sin miedo al tiempo, porque con el tiempo, cuanto más mayores nos hacemos, más sabios somos y más batallas ganamos, porque de todo se aprende, caminemos felices, luchando por ser más felices cada día y en cada momento, caminemos sin dejar de ser lo que deseamos, con orgullo y osadía.
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