Con este post, o esta entrada o como lo quieras llamar, cumplo 50 relatos contigo, cincuenta historias juntos, contadas y compartidas desde mis más profundas sensaciones, mis deseos y una buena dosis de imaginación, que escribí porque si, porque me lo pedía el cuerpo y no se si el corazón.
Unas te habrán gustado más, te habrán llegado a hacer sentir más, otras menos, pero espero y deseo que ninguna o muy pocas te dejasen indiferente, si es así, reto conseguido, si no, espero que en los próximos 50 sueños, o deseos, o no se que serán, y que escribiré sin prisa, pero sin pausa, te digan algo, bueno o malo, aunque prefiero lo primero.
En esos próximos cincuenta relatos, o cincuenta cuentos, o llámalos como quieras, espero hacerte soñar, o desear, despertar o simplemente amar. No se como serán, no se si serán buenos o malos, oscuros o con luz y color, porque esos, al igual que estos que hemos leído juntos, salieron sin planear, llegaron sin avisar, porque a veces las cosas pasan o uno desea que pasen, y ocurran o no, las necesita y le apetece contar, y que las vivamos, las soñemos y las sintamos juntos, en cada frase, en cada párrafo y en cada imagen. Todo para ti, y si con eso, te animo a escribir, a contar las tuyas, a dejarlas salir, pues mejor aún.
Ese es un relato perfecto, un relato en el que yo te escribo, te cuento y si es posible, te hago sentir, aunque sea indiferencia, pero sentir, que siempre es mejor que en vida dejarse morir.
Y no me despido si no te digo que te estoy agradecido por haberme leído, por tu tiempo compartido, y de ante mano te doy las gracias por el tiempo que en el futuro podamos entre líneas disfrutar y compartir, porque esto, no es solo por y para mi, estas líneas también van por ti, que haces hueco para leerme a mi.
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