Mis Seguidores

jueves, 29 de abril de 2021

LA PESADILLA DEL MANIQUÍ

Se quedó en silencio, con los ojos cerrados, se durmió y soñó que su calle estaba casi vacía, a poca gente se veía caminar por ella, y apenas un par de personas hablando sin escuchar que decían. Soñó que se paraba enfrente de un escaparate que lucía una colección de maniquíes con ropas muy coloridas y llamativas, eran maniquíes calvos, sin pelo, simplemente el monigote plástico con las ropas que pretendían vender. Keyla sentía como si las estatuas la mirasen fijamente, y hablasen de ella, aunque no adivinaba que podrían estar diciendo. Se estremeció, se notó tan fría como el mismo cristal del escaparate. El cristal empezó a agrietarse, eran los maniquíes que con los puños querían romper el cristal y saltar sobre Keyla. Con una sonrisa macabra y una voz metalica la llamaban por su nombre.

-¡ Keyla, Keyla, Keyla, Keyla..!. Su nombre ahogaba su voz, quería pero no era capaz de gritar, y tampoco podía huir. Los maniquíes la rodeaban y la sujetaban para que no pudiera escapar. Hicieron de ella un maniquí más. De pronto se vio más delgada, más estilizada y alta, excesivamente alta, sus piernas eran largas y esbeltas, ¡pero eran de plástico!, toda ella era de plástico y no tenía pelo. Era un maniquí más en el escaparate. Todo era oscuridad, salvo por las luces encendidas de la vidriera adonde la llevaban. De pronto, y casi sin saber como ni qué había pasado, era a ella a quien todos miraban; bueno a ella no, a su ropa, Keyla era solo un trozo de plástico con forma humana detrás de un cristal. Quiso huir, quiso salir corriendo de ese escaparate. Se sentía como si los otros maniquies la sujetasen y no la dejasen escapar. Sentía que no podía respirar, sentía que ya no tenía corazón que latiese dentro de ella. El resto de compañeros de escaparate la sonreían como diciendo que estuviera tranquila, que no pasaba nada. Vestida de mujer a ratos, y de hombre en otros, sin saber cuando ocurría cada cosa, parecía no tener género. De un momento a otro su ropa pasaba de lo femenino a lo masculino, bajo la tenue luz que llegaba de la vidriera, iluminandola como estrella de cine. Se sentía fría y rigida, no se podía mover, ni siquiera parpadear, pero se sentía sudorosa y agobiada. Era la pesadilla de la que no podía escapar, solo quería despertar. 

Escuchó un despertador, y un rayo de sol traspasaba el cristal, cegándola, parecía amanecer, y despertó en su cama, liberándose de la pesadilla, liberándose del maniquí que la tenía atrapada en el escaparate de la tienda de ropa.

viernes, 23 de abril de 2021

23 DE ABRIL: EL DÍA DEL LIBRO

Querida lectora, estimado lector, como bien sabes, hoy, 23 de Abril, es Sant Jordi, o San Jorge, y hoy, es el día del libro, día en el que se regala una rosa y un libro. La rosa, se puede decir que es un regalo elegante, es un regalo que toca el corazón, y el libro, un buen libro, es un regalo para toda la vida, un regalo que llega al alma. Por ello, hoy te quiero regalar unas poca líneas que te toquen el corazón y te lleguen al alma: 

"Tómame y ábreme, ábreme y léeme. Haz tuyas cada una de mis páginas, devora cada una de mis líneas escritas solo para ti. Protagoniza cada uno de mis capítulos, y haz de tu vida, una aventura conmigo, y cuando lo hagas, déjame ser el libro de tu vida, déjame abrirte de páginas y acariciar cada una de tus líneas, déjame besar tus palabras y excitarlas con mis dedos, déjame sentirlas y vivírlas como si fueran mías, déjame volver a ellas, y leerte hasta el final para poder vivir contigo tus aventuras y tus dramas, déjame leer tus fantasías y tus historias de amor, déjame compartir contigo tus noches rómanticas cuando te regalen un libro y una flor."


Feliz día del libro, mi querida lectora. Feliz día del libro, mi estimado lector.

M.A. Merino. 

jueves, 15 de abril de 2021

PACIENTE X: EL GEN CRUZADO

Éramos un laboratorio no muy grande, más bien se podía decir que estábamos en familia, y con unos medios muy limitados, casi precarios si los comparamos con los grandes laboratorios multinacionales, mi pequeño equipo y yo, que constaba de apenas media docena de profesionales, un poco locos, logramos en una fría noche de invierno, lo que hasta entonces se consideraba un sueño científico, o casi una quimera, algo que para muchos de nuestros colegas se lograría, o no, en no menos unas decenas de años. La unión de genes humanos y, por increible que parezca, un ser de otro planeta, un gen cruzado que había dado como resultado un pequeño ser con vida al que de inicio, y sin rompernos mucho la sesera, habíamos llamado PACIENTE X. Lo que buscábamos con este experimento era crear un ser con apariencia y expresiones humanas, con la inteligencia, que siempre se presupone más avanzada que la nuestra, de otro planeta. Y todo de manera natural, sin artificios.

- El PACIENTE X parece ser apto doctor, las constantes son estables -. – Me dijo Elisa, una de mis mejores asistentes, con una emoción que no podía ocultar, con todo el esfuerzo que puso en ser profesional en su afirmación.

- –No nos confiemos, aun no sabemos las reacciones que puede tener, y si sobrevivirá -, – resoplé cruzando los dedos, y aunque parezca extraño, pidiendo a Dios que fuera fuerte y aguantase. Tantos años de trabajo… y finalmente parecía que lo habiamos logrado….

- –Deberíamos avisar de esto a toda la comunidad, la unión parece ser viable... ¡Por esto nos darán el Nobel! -.

- –Tranquilo Javier, lo mejor es esperar unas semanas para comprobar si hay reacciones en el paciente, si vemos que todo va bien, os podréis considerar ricos -. – La satisfacción era clara en las caras de todos, ni siquiera yo en mi intento por parecer serio, consiguí reprimir una sonrisa, aunque ésta apenas fue perceptible. No quería que la euforía se descontrolase en el equipo, el éxito aún era pequeño, no teníamos todas las cartas a nuestro favor. 

–Lo que era seguro es que esto no le sentaría nada bien a ese tal Gideon-Hung, un cientifico de Chicago con ascendencia coreana, obsesionado con el cruce de genes, que había experimentado muchas veces con el cruce de razas y crear una nueva. Nosotros habíamos ido más lejos que él, cruzandonos con un ser de otro planeta,  algo que evidentemente no vería con buenos ojos si se llegase a enterar. Y no se enteraría hasta estar seguros de que el experimento era un éxito rotundo, sin posibilidad de fallo. 

–Gideon-Hung era un tipo de fuertes convicciones, que en el fondo despreciaba a buena parte de la comunidad cientifica por no considerar que estuviera a su altura, y a España la veía como un país menos en el campo cientifico. 

Los meses pasaron muy despacio, o a nosotros nos parecían interminables, todos mirabamos con lupa el desarrollo del feto, todo iba bien, y si seguía así, pronto podríamos anunciar nuestro logro a toda la comunidad cientifica, lo anunciaríamos a todo el mundo, aunque el anuncio teníamos que planearlo bien, pues contar algo así al mundo, supondría muchas preguntas que tendríamos que responder, muchas explicaciones que dar a mucha gente y en muchas partes, muchas instituciones requerirían nuestra presencia, y probablemente no para darno la enhorabuena sin más. Ni siquiera teníamos nombre para nuestro pequeño ser de laboratorio, todos le llamabamos PACIENTE X.


jueves, 8 de abril de 2021

LUNA AZUL

Como una sombra me metí entre sus sábanas, en silencio para no despertarla; y la abracé sobre mi pecho, suave pero con firmeza, rodeándola con mis brazos como una serpiente rodea a su presa y se cierra sobre ella para no dejarla escapar. Sentí el calor de su piel desnuda, y supongo que en sueños ella notó el mío, porque se acomodó en mi pecho y siguió durmiendo, soñando quien sabe qué.

El abrazo con el que la tenía atrapada sobre mi, era un abrazo firme y suave a la vez, un abrazo con todo mi ser. Y en el abrazo, silenciosamente se despertó, y me miró, me miró y me sonrió sin decir nada, y sin decir nada se apretó más a mi, y era ella quien, con su cuerpo desnudo no me dejaba escapar, era ella la serpiente que me envolvía, y yo era su presa. Me besó.

Su boca sabía a mar, a mar y a estrellas, a las estrellas de la noche, quizá estuviera soñando con ellas. Sus ojos, a la luz de la luna que entraba por la ventana, se veían azules como el agua. Se veían profundos y penetrantes como el cielo y océano, inundándome con su mirada, como cataratas que se desbordan bajo una tormenta perfecta, dejándolo todo bajo el agua.

Así era aquella luna azul que me atrapó entre las sábanas, mi luna azul.

Me besó en silencio, y me acarició con sus labios suaves como la seda, y me arropó con el calor de su cuerpo desnudo, me embriagó con el sabor su néctar. Quería más de ese nectar que me regalaba sin pedir nada a cambio. Me susurró y me cantó al oido, me hechizó y me atrapó bajo la atenta mirada de la luna azul que no nos quitaba ojo desde la ventana, me pintó un cuadro de saliva en el pecho, y lo pintó en su piel, éramos dos lienzos en blanco pintando nuestra obra maestra...

Hizo todo cuanto quiso conmigo. Y yo la dejé; me dejé llevar por el poder y la fuerza la luna azul, que hizo conmigo cuanto quiso, sin poner la menor resistencia.

 

jueves, 1 de abril de 2021

TU BOCA SABE A MENTA

Llegas a mi despacho sin avisar, ni siquiera una llamada, nada, y tras golpear suavemente con los nudillos en la puerta, sin esperar a que te hiciera pasar, ni siquiera a preguntar quien es, nada. 
 
- Pero, ¿qué haces aquí? -, mascullo sorprendido al verte, no te esperaba.

No respondes, no dices nada, solo me miras con sonrisa pícara y cara de deseo malicioso, cerrando la puerta a tu espalda, dirigíendote silenciosamente a mi mesa, todo, sin dejar de mirarme fijamente a los ojos y moviendo tus caderas a cada paso de la forma más provocadora… que sabes y que me pone a mil. Llegas mi lado, quedándote tan cerca de mi que debes de notar el calor que sudan mis poros, y me miras con cara de "de aquí no te escapas". Giras el sillón colocándome frente a tí, cara a cara, quieres que te mire, así, de frente y sin perder detalle, y sin poder ni querer evitarlo, veo como lentamente te desabrochabas los botones del largo abrigo que traes y que te tapa más allá de las rodillas, le dejas caer al suelo tras de tí, sin importarte nada, y ahi estás, quieta frente a mi, sin dejar de mirarnos, y sin apartar tu mirada lasciva, completamente desnuda ante mi atónita y estupida mirada. 

- ¡Cielo!, ¿qué haces? -, balbuceo estupidamente. ¿Pues que ibas a hacer ahí, frente a mi, completamente desnuda?.

Silencio, tu silencio me pone un poco nervioso, el resto de mi estado alterado viene provocado por tu completa desnudez. No respondes, solo te pasas la lengua por los labios provocadoramente pintados para el deseo y el pecado, humedeciéndolos.… Llevas mis manos a tus caderas, comenzando a moverte sensualmente y haciéndo que me excite aun más, aumentando mi calor y mi respiración. - ¡Cariño…! – te digo con falsas ganas de que te detengas - ¡Puede entrar alguien…!.

Otra vez el silencio, me tienes en tus manos, y mis manos en tus caderas que no dejan de moverse, haces conmigo lo que quieres, y lo sabes. Echas mano del tarro de caramelos que hay sobre la mesa y elijo uno, es de menta, menta extra-fuerte…, de los que pican. Lo abres y lo te metes en la boca, lo chupas con cara de pícara y niña traviesa mientras me sonríes, acercas tu  cara a la mía, agarrándote de los brazos del sillón, noto tu aliento a mente, y me besas. Lo haces suave y apasionadamente a la vez, y con todo el descaro y picardía que traes contigo... completamente desnuda sin importarte que alguien pueda entrar y sorprendernos. Enseguida noto el frescor de tu boca, y… el picante de tu lengua en la mía. Tu boca sabe a menta. No sé de qué va todo aquello, pero tampoco importa, me dejo llevar, quiero más. Sonríes, pasando tu cuerpo desnudo sobre el mío trajeado,… te arrodillas entre mis piernas. Estás juguetona, y juegas conmigo, un juego picante y peligroso por el lugar en el que has elegido jugar, pero no importa, ni siquiera puedo pensar, solo dejarme llevar por ti. ¡Estás loca!, pienso y sonrío, y yo también debo de estar loco por seguirte el juego.

Con tu sabor a menta en mi boca, sonrío mientrás juegas y haces conmigo lo que quieres, todo esto es una locura, y lo más loco es que no me importa, no quiero que termine este juego. - ¡Dios!… - es lo único que alcanzo a decir en el momento en que me das un breve respiro.

Me conoces bien, sabías que ese juego tan loco me gustaría. Tu boca y tus manos siguen jugando conmigo, un juego de deseo y pecado por el que me tendré que confesar, un juego loco e intenso al que le pusiste picante con ese caramelo de menta que despertó mis más inconfesables deseos en mi boca, y millones de sensaciones por todo mi cuerpo que tiembla entre tus manos, en tu boca y entre tus piernas, tiembla como una hoja, irradiando calor y sudor, llenando el silencio con tu respiración y la mía.

Mezcla de frescor salvaje de la menta, en tu boca y la mía que provocan sensaciones y momentos que se apaga dulcemente en tu garganta, en una mezcla de sabores que nunca antes habías contado y que sabes que ¡me encantan!

Me levanto y casi como sin esfuerzo, como un rayo, te siento sobre la mesa del despacho, apartando papeles y carpetas a no sé donde, ni siquiera sé cuales son. Con tu acostumbrado silencio, me besas. Tu boca y tu lengua me roban el sabor a menta. Te tomo y hago que toda tú sepas y huelas a menta, llevándote a la misma locura a la que me has llevado a mi desde que entraste por la puerta. Pronto notas ese sabor a menta, que como a mi, te excita, te dejas llevar por él, y el silencio del deseo se apaga en tu boca, agitándote, con respiración estremecida… sintiendo como un intenso placer te invade y te llena, tu boca sabe a menta.