Tal vez, y solo tal vez, sea porque se buscan cuando están tristes y en la lejanía, salvando la distancia, se ven y se siente.
Porque se miran y se muestran su mejor cara, porque aún cuando apenas se hablan, se transmiten consuelo, porque se imaginan verse de lejos.
Y desean volar y perderse en la luz del otro, y tocarse y acariciarse con la punta de los dedos, bañarse y perderse en su tranquilidad, conociendo su lado oscuro y recorrer el universo juntos...
Desean conocer sus secretos, ver lo que el otro ve en cada momento, agitar el mar juntos, oír y escuchar los latidos que se provocan bailando con las estrellas, caminando por los colores de la aurora boreal, siempre juntos sin importar si delante o detrás, si a un lado o al otro, volviendo al principio para no viajar en soledad.
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