A ti que ahora me lees, a ti que te has visto afectado por esta pandemia que a todos nos ha puesto la vida patas p´arriba, a ti que no te pudiste escapar del bicho y te contagiaste y te ves obligado a estar en el frío hospital que como puede te da cuanto puede y te tiene aislado, lejos tu entorno, tu casa y tu familia, a ti que perdiste a alguien por el maldito virus, y a ti que como a tantos te tiene confinado en tu casa como sardinas en lata, trabajando si puedes y como puedes y matando y pasando el resto del tiempo de cualquier manera aunque ya no sepas que hacer ni que inventar, te mando mi ánimo, mi fuerza y mi pésame, te mando un gran abrazo por aquellos a los que no puedes ahora abrazar.
Y te digo que toda esta pesadilla pasará porque no es la primera ni la peor pandemia de la humanidad. Tienes razón al estar enfadado, frustrado e incluso agobiado, tienes todo el derecho a buscar culpables de tan mala situación, porque como muchas veces ocurre, las cosas se han hecho tarde y posiblemente mal, pero ya que nos ha tocado vivirlo y de esto no nos podemos escaquear, hagamos lo posible por ayudar, hagamos caso de lo que nos dicen, mantengamos la mente fría y el corazón caliente.
Posiblemente nunca sepamos la verdad de su origen entre tantas hipótesis y conspiranoias que nos alborotan la cabeza, tampoco recuperaremos el tiempo perdido, y mucho menos a los seres queridos, pero con paciencia y evidente resignación, aceptando la situación, sin poder decirte más pronto que tarde, volveremos a la normalidad en todo lo que nos sea posible, volveremos a tomarle el pulso a la rutina que desgraciadamente para muchos ya no será igual.
Y sobre todo y si es posible, cuando todo esto acabe, cuando salgamos de este mal sueño, tal vez hayamos aprendido algo de todos y de nosotros mismos, tal vez valoremos más las cosas, lo que hacemos y lo que nos rodea, tal vez aprovechemos y también valoremos más y mejor el tiempo que ahora no tenemos.
Sé que ese fácil decir y escribir, pero...ánimo, paciencia y resignación.