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lunes, 20 de diciembre de 2021

No te quedes mirando

Vivía en un piso pequeño de una céntrica calle gris de Madrid, uno de esos con apenas una o dos habitaciones y un salón del tamaño de un dormitorio y una cocina que más bien parecía un zulo donde hubieran tenido a alguien secuestrado y lo hubiesen convertido en cocina. El baño, no mucho más grande que todo lo demás, daba a un patio interior. Desde ahí podía oír y ver a todos los vecinos, cotillear que hacían, que se decían..., sobre todo les oía discutir y a veces me despertaban y me daban ganas de mandarles a tomar culo, más cuando discutían desde bien temprano, ese era su desayuno, pelear. Me levantaba de mala gana y me metía en la ducha, no lo hacía por ganas, sino por no oirles con el ruido de la ducha, aunque era dificil no hacerlo; al salir de la ducha abría la pequeña ventana que daba al patio interior y asomaba la cabeza aprovechando que en las primeras horas de la mañana daba el sol, y de paso la veía a ella, veía a Bea, mi vecina de enfrente, baño con baño, ventana con ventana.

Bea llevaba siendo mi vecina de enfrente un par de años, se mudó unos meses después que yo, así que la veo desde el primer día, y desde ese primer día me tiene loco. Bea es una morenaza  de treinta y tantos calculo yo, guapísima, de pelo negro y largo, de ojos azules y labios rojo pasión a la que intento ver cada mañana, algunas lo consigo. Veo su silueta desnuda, una silueta estilizada que se contonea al pasar por la ventana, una ventana con un efecto esmeralda o lluvia que apenas me deja verla como me gustaría. Ella sabe que la miro, me ve y no parece importarle, porque no me ha dicho nada, no ha puesto el grito en el cielo; más bien todo lo contrario, a veces pasa y mira, me mira y se para con una toalla o no sé qué, tapando sus pechos y dejando que adivine la silueta de su espalda y algó más, que inevitablemente me excita. Empalmado y mojado suspiro para aliviar la excitación, aunque de poco y nada me sirve. Seguro que lo sabe, me mira y sonríe, lo puedo adivinar. Esto se ha convertido en un juego que le gusta, y a mi también.

Uno de esos días en los me la quedaba mirando por la ventana, me sorprendió al quedarse parada en la ventana y solamente tapada ligeramente por una toalla, me vocalizó en silencio: 

"No te quedes mirando"

Y ante mi cara atónita de embobado, cerró y desapareció. No sé que me impresionó más, si verla medio desnuda o el mensaje que no terminaba de saber si lo había entendido bien. ¿Que no me quede mirando?, ¿qué quería que hiciera?, ¿era una invitación para ir a su piso?, ¿sería eso?. Me quedé tan petrificado que literal y fisicamente me quedé helado, tanto que la consabida erección que me provocaba menguó notablemente. Su piso quedaba al otro lado de los ascensores, no era dificil dar con él, la cuestión era si ir y dar el pelotazo del año o quedar como un gilipollas tanto si iba como si no. ¡No te quedes mirando, joder!. No me quedaría mirando, me vestí, me peiné, me perfumé y con más nervios que vergüenza, y con las pelotas como dos conguitos de pequeñas, me planté en su puerta.
 
Al llegar a su casa, me paré y respiré en silencio, no sabía si ella estaría detrás de la puerta y me estaría escuchando, o peor aún, viéndome por la mirilla, descojonada de mi. No sabía que diría cuando abriese la puerta, no la conocía de nada, nunca habíamos hablado, simplemente la veía pasar. No lo pensé más, llamé y esperé, ella vestida solo con un albornoz abrió y sonrió divertida, como si supiera que iba a ir, o porque sabía que me manipulaba como a un títere entre sus manos. 
 
-No me quedé mirando- la dije. Aquello dentro de mi cabeza sonó como si se lo dijera un niño. Muy cutre para un tío con pelos en los huevos.
 
-Pasa, no te quedes ahí. Ponte cómodo, voy a vestirme, no tardo - me dijo con toda la normalidad del mundo, como si no fuera la primera vez que estoy en su casa. 
 
Su casa era como la mía, el mismo tamaño, la diferencia es que en la suya estaba todo al lado contrario de la mía, y por su puesto mejor decorada y más ordenada que la mía. Me quedé esperando en el pequeño salón con la puerta abierta. Bea se fue a su cuarto, y sin cerrar su puerta, se quito el albornoz y lo dejó en la cama. Yo desde el salon pude verlo todo, la veía a ella desnuda, no llevaba nada debajo. De espaldas a mi me dejeba verlo todo, pude adivinar entre sus piernas que no se depilaba. Suspiros en silencio y excitación. Trago saliva en un intento de controlarla mientras ella nada más que se pone un vestido fino de color azul cielo. Su cuerpo vestido de azul cielo me provoca mucho calor. 
 
Salió de la habitación y fue a la cocina a por un par de cervezas, al entrar me encontró sentado en su sofa con el móvil en la mano, en un inútil intento de normalidad y disimulo tras haberla visto desnuda. Se sentó a mi lado con su vestido azul cielo, las cervezas y nada más. Me dio una, estaba bien fría, lo cual agradecí, ayudaría a apaciguar mi estado. 
 
-Sé que me miras- dijo ella sonriendo.
 
-No puedo negarlo- le dije. -Me gustas mucho desde el primer día que te vi y no puedo evitar verte cada mañana, aunque algunas no lo consigo. Creo que cuando voy a verte ya no estas-.
 
-No pasa nada- dijo ella, dejando una mano sobre mi pierna. Pareciera que con ella nunca pasa nada, da la impresión de que con ella todo es normal. -No me importa que me mires, me gusta, pero solo tú. Y sé que lo haces desnudo, eso me excita-.
 
Excitado estaba yo, excitado y nervioso, no sabía donde meterme, y su mano sobre mi pierna no llamaba a la calma. Ella sabía que yo no daría el primer paso, o al menos sabía que me costaría bastante, y es que una cosa era fantasear con ella, y otra tenerla a mi lado, tapada solo por un vestido. Dejó su cerveza en la mesa, e hizo lo mismo con la mía, y horcajadas se sentó sobre mi regazo empalmado. 
 
-Sé lo que quieres- me dijo, y casi sin dejarme reaccionar, me besó,  y yo me dejé llevar por ese beso. Abracé su cintura olvidándome del vestido azul cielo y mis manos enlazaron su cintura desnuda. Sus muslos eran suaves y cálidos, al igual que sus labios y su lengua que me devoraba. 
 
No sé si era yo o allí hacía calor, pero en un momento de respiro que ella me dio, me quité la chaqueta, al tiempo que ella se quitaba el vestido, dejando a la vista aquel cuerpo desnudo que tantas veces vi en penumbras y que más que ver, me tuve que imaginar. Divertida como una niña juguetona, me desabrochó la camisa y el pantalón, y con su mano en mi bragueta nos volvimos a besar, instintivamente mis manos taparon sus pechos pequeños y juguetones que no me privé de saborear, la agitada respiración de ambos llenaba el pequeño salón. Bea se levantó y tiró de mi llevándome a su pequeña habitación solo iluminada por la luz de la calle, allí terminó de bajarme el pantalón y dejarme como tantas veces la había visto desde mi baño, desnudo, sudoroso y empalmado. Entre besos, jugó con mi erección cada vez más pronunciada, jugaba con ella entre sus manos, la acariciaba y la apretaba, la hacía arder, y entre la llama de sus manos la besaba y entre sus labios la hacía desaparecer hasta su garganta. Con la respiración entrecortada Bea se dejó caer en la cama y con las piernas abiertas, sin dejarme nada a la imaginación, me dijo:
 
-No te quedes mirando.


domingo, 12 de diciembre de 2021

Post de silencio por Anne Rice (1941-2921) D.E.P


 OBRAS:

- Crónicas vampíricas.- 
  • Entrevista con el vampiro - 1976
  • Lestat el vampiro - 1985
  • La reina de los condenados - 1988
  • El ladrón de cuerpos - 1992
  • Memnoch el diablo - 1995
  • Armand el vampiro / Pandora - 1998
  • Vittorio el vampiro - 1999
  • Merrick - 2000
  • Sangre y oro - 2001
  • El Santuario - 2002
  • Cántico de sangre - 2003
  • Principe Lestat - 2014
  • Principe Lestat y los reinos de la Atlántida - 2016
  • La comunidad de la sangre - 2018

- Las Brujas de Mayfair.-

  • La hora de las brujas - 1990
  • La voz del diablo - 1993
  • Taltos - 1994

- Ramsés El Maldito.-

  • La momia o Ramsés el maldito
  • Ramsés el maldito: La pasión de Cleopatra - 2017

 - Trilogía El Mesías.-

  • El Mesías: El niño judío - 2005
  • El Mesías: Camino a Caná - 2008
  • Christ The Lord: The Kingdom of Heaven

- Crónicas Angélicas.- 

  • La hora del Ángel - 2009
  • La prueba del Ángel - 2010 

- Crónicas del lobo.- 

  • El Don del Lobo - 2012
  • Los Lobos del Invierno - 2013 

- Obras escritas bajo el seudónimo A.N. Roquelaure.-

  • El rapto de la Bella Durmiente - 1983 
  • El castigo de la Bella Durmiente - 1984
  • La liberación de la Bella Durmiente - 1985
  • El reino de la Bella Durmiente - 2015

- Obras escritas bajo el seudónimo de Anne Rampling.- 

  • Hacia el Edén - 1985
  • Belinda - 1986

- Novelas sin secuelas.-

  • La noche de todos los santos - 1979
  • Un grito al cielo - 1982
  • El sirviente de los huesos - 1996
  • Violín - 1997

- Ficción Corta.-

  • October 4th, 1948 - 1965
  • Nicholas & Jean -  1966
  • The master of Rampling Gate - 1984 

- Autobiografía.-

  • Called Out of Darkness: A Spiritual Confession -2008

sábado, 4 de diciembre de 2021

No preguntes quien mató a Batman

Ciudad de Gotham o Gotham City, 8:05 de la mañana. 

Hace un rato que salió el sol en la ciudad, y yo sigo en la cama, la resaca me hace sentir que la cabeza pesa más de lo que debería, me cuesta reaccionar, y ya llego tarde al trabajo. Golpean dos veces en la puerta de mi minúsculo apartamento, me cuesta tanto responder que dudo que quien llama me haya escuchado. Sobre se cuela por debajo de mi puerta, quien quiera que llamase se ha ido, y a mi todavía me cuesta pensar. Me levanto lenta y pesadamente, es como si pesase veinte o treinta kilos más, a pesar de esos kilos de resaca que ahora me sobran, consigo levantarme y arrastrarme paso a paso hasta el sobre que recojo como si fuese mi anciano padre, pero con menos agilidad que él. El sobre es fino, no parece tener una gran carta en su interior, dudo mucho que sea de amor; tampoco veo seña alguna sobre él, no trae nombre alguno, ni mío ni de quien me la manda, probablemente sea una chaladura de los muchos colgados que hay en la ciudad, está llena de grillados que bien podrían estar en Arkham City, pero no hay sitio para tantos. La abro sin esperar gran cosa de ella, lo hago más por curiosidad, por saber que gilipollez me han mandado, del sobre saco una pequeña hoja, no más de medio folio en el que leo:

"No preguntes quien mató a Batman".

¿Qué?, no entiendo nada, ¿qué majadero ha escrito esto?. Sea quien sea tiene buena letra, estilizada, sin saltos entre letras, parece de alguien refinado y de buen gusto, demasiado para ser un chalado, y en el pequeño folio aparece el logo del justiciero enmasacarado. Parece una broma, y el logo podría haberlo comprado, falsificado e incluso robado cualquiera, la batmanía está servida en la ciudad, y esto podría ser obra de cualquiera, otra broma más de la gente que juega con la policia de Gotham. Dejo la nota y el sobre en la mesa del salón, no tiene pinta de ser algo que deba de tomar en serio, todo lo contrario que la razón que debo dar a mis superiores esta mañana en la que me va a tocar chupar turno extra por llegar super tarde. Mejor me hago un café bien cargado, que buena falta me hace.

En la cocina enciendo la pequeña tele del año 3 después de Cristo para ver las noticias de siempre mientras me hago el café. En la tele dan las noticias, pura felicidad; en lo que me hago el café, dan una noticia que me hace reaccionar y despertar de un sobresalto, tanto que ni siquiera sé si estoy haciendo bien el café. En ella están diciendo que esta mañana ha aparecido un hombre colgado del puente de Gotham. El puente une a la ciudad con Metropolis, y justo en medio fue encontrado el hombre. La noticia en sí es horrible pero no algo exclusivo, por si misma sería una más de las que lamentablemente hay en el mundo; lo que la hace significativa es que ese hombre iba vestido de ¡Batman!. El veterano reportero de noticias comenta que según fuentes no oficiales el traje no parece ser un mero disfraz, ¡dicen que es auténtico!. ¿Será que realmente alguien ha matado a Batman?.

¡La nota!.

La escueta nota del sobre me viene a la cabeza en lo que la cafeína empieza a correr por mis venas, ¿y si no es casualidad?, ¿y si no es una burda broma de un sonado?. La noticia corre como la espuma por la pequeña ciudad, enseguida está en boca de todos. Puede ser la mayor locura que haya recorrido la ciudad hasta ahora. 

Sé que me va a caer una buena bronca, y me la voy a tener que comer sin rechistar, pero he de ir a la comisaría cuanto antes, la nota no puede ser una anécdota más. Me visto rápido, y aunque seguro que me olvido de algo, no me dejo la nota que guardo dentro de un plástico tocándola lo menos posible y salgo a paso ligero a la calle. Parece un día normal, pero en el aire se huele que no lo es, no sé si se masca la tensión o soy yo quien la rezuma por los poros. Llego a la comisaría, en ella un buen revuelo, seguro que es por la noticia de Batman, sin dejar ni quitarme nada voy directo al despacho del comisario Gordon a quien oigo dar órdenes sin para, seguro que no es el mejor día para llegar tarde. Llamo a su puerta y entro sin esperar respuesta, aunque su cara en dirección a la mía lo dice todo, casi me mata con ella. 

__ ¡O`Neil, llegas tarde! __ no tengo disculpa ni excusa, así que directamente y sin decir nada le muestro el sobre dentro del plastico esperando que esto deje a un lado mi retraso y lo olvide. 

__ ¿Qué es esto? __ pregunta molesto. 

__ Es una nota que me dejaron esta mañana por debajo de la puerta, no sé quien fue, no me dio tiempo a llegar a la puerta. Mire lo que dice. __ La nota le dejó en silencio por un momento, un momento que duró hasta que dijo: __Seguro que estabas en la cama durmiento la mona__.

Leyendo y mirando la nota una y otra vez por los dos lados, el comisario dijo que no podía ser casualidad, alguien quería ponerme en el tablero de este retorcido juego. A una orden suya llevé la nota a rastros para buscar huellas o cualquier cosa que nos llevara a quien la escribió o al menos al correo que me la coló por debajo de la puerta, y por su puesto no podía comentar esto con nadie, aún no. 

Todavía teníamos que saber quien era el hombre del puente, podría ser o no el auténtico Batman, podría ser cualquiera de sus enemigos, aunque todos sabíamos quien estaba en el primer lugar de la lista, y él también; y en medio de todo este caos solo teníamos una consigna:

"No preguntes quien mató a Batman".